A Mercedes Montaño (in memoriam)
Hubo un tropel en el cielo
Y tremenda algarabía
Es que toditos corrían
Desde todos los confines
Ángeles y serafines
Santos y santas querían
Saber lo que había pasado,
Quien era el que había llegado,
Que alboroto producia
Con una triunfal entrada
A aquel recinto sagrado
Y con folclórica tonada
A San Pedro preguntaban
Que estaba en la portería
Si informales él podía
Quién causaba ese desvelo
Y fue el espíritu santo
Quien a todos puso al tanto
Explicándoles a su amaño
“la causa”, dijo, “señores,
De esta celestial revuelta,
Es que llego Mercedes Montaño
A hacer curralo al cielo”
Ella dijo sonriendo:
“Es que aquí nos dimos cita
Petronio Álvarez, Margarita,
Dalia, Agustina y demás gentes,
Gregorito el marimbero
Cuyo saber amerita
Que a esta corte del creador
Traigamos nuestro folclor
El mejor del mundo entero”
En tu fisonomía, pelo y piel, África grita
Grita en la mezcolansa de la pigmentación,
Grita en el alma, allí donde lo noble de todo ser habita,
Y hace eco, en los vericuetos de la imaginación
África grita en las mil voces del ancestro
Como fuerza telúrica, estremece nuestro ser
Grita todo lo suyo, que también es lo nuestro
En todos nuestros actos y nuestro quehacer.
África grita, en todo aquello que significa vida
Y en el dolor sin nombre de siglos de opresión
África grita en la esperanza y en la fe perdida
Y en las reconditeces de nuestro corazón
África grita, no para inventariar un pasado infamante
Ni hacer recordatorios de humillante racismo.
África grita, para impulsarnos a seguir adelante
Para que nuestra identidad no se vaya al abismo
África grita en la sangre que corre por las venas
Y hace del corazón un lugar de confluencia
Grita en nuestras alegrías, también en nuestras penas
Y revela en raíces, su física presencia
En todo cuanto existe y nuestro entorno agita
África con vehemencia y sin ambages grita
Lucrencia Pachano
Carimba. Marca de abominable esclavitud
Que todo nos robó, excepto la conciencia
Que en nosotros revela su física presencia
Y enfatiza en el negro, su máxima virtud.
Carimba… marca indignante del vasallaje
Que quiso destruir todas nuestras raíces.
Y aunque hoy presentamos diferentes matices,
Somos supervivientes de infame coloniaje
Después de siglos de ignominia y dolor
Y con su fe suprema que el negro vivifica,
Por llevar en su ancestro ese, ¡algo! Superior.
Carimba… ahora eres símbolo de libertad y amor
Con un significado que el negro dignifica
Y esa es la expresión autentica de altivez y valor
Lucrencia Pachano.